El Detective: Hoy toca El Salchichón. Sí, sí, El Salchichón, un programa de radio llevado a cabo por el sin par Lolo Ramas, quien con un agradable fondo musical puede estar una hora entera hablando de cualquier cosa, improvisando sobre la marcha. Lolo, ¿qué consejos les darías a los futuros locutores que deseen hacer un programa en solitario?
El Salchichón: Que conste que lo de lanzarme a hacer el programa en solitario no fue algo premeditado, de hecho la idea era hacerlo con un par de compañeros, pero no pudo ser por temas laborales. La verdad es que me imponía respeto hacerlo solo, pero tenía mucho mono de radio así que decidí tirar p´alante, con este formato de manera experimental/provisional. Después se ha dado la circunstancia de que me he encontrado cómodo haciéndolo de este modo, y me ha resultado satisfactorio ser capaz de trabajar de manera totalmente distinta (por no decir opuesta) a como lo había hecho antes (en un contexto de un equipo de 6-8 personas). Sin embargo, soy un convencido del trabajo en equipo y tengo claro que más antes que después volveré a volcar mis esfuerzos en algún tipo de proyecto común.
Dicho lo cual, y volviendo a la pregunta XD y aunque no soy nadie para dar consejos, creo que lo más importante para hacer un programa en solitario es hacer palpable que crees en tu propio discurso, no importa cuál sea el tema a tratar, aunque se trate de algo anecdótico, disparatado o frívolo, lo importante es transmitir que en ese preciso instante no existe ninguna otra cuestión en el universo más urgente que tratar ese tema en concreto. Si el oyente no percibe esa implicación, si te muestras tibio o indiferente ante los temás que tú mismo eliges, o si te conviertes en una máquina de recitar datos, será muy difícil que consigas la atención de la audiencia, y aún menos su complicidad.
ED: Una de las pasiones de Lolo es la radio-ficción, algo que demostró en Oye, neno. Recientemente ha convocado los “Premios Salchichón” a la mejor pieza de radio-ficción de la emisora, para animar a los compañeros a que se adentren en este antaño explotado pero actualmente desconocido género radiofónico. ¿Cómo animarías a los lectores de esta web a que hagan radio-ficción?
ES:Como comunicadores es bueno que seamos capaces de manejar todos los registros posibles y en ese sentido la radioficción es una valiosa herramienta en nuestras manos para expresar de forma original cualquier idea. A menudo cuando decidimos que vamos a tratar tal o cual tema en nuestros programas lo planteamos automáticamente siguiendo los típicos formatos de siempre: tertulia, debate, entrevista… y todo eso está muy bien, pero junto a ello, no hay que desdeñar la posibilidad de afrontar esas mismas temáticas desde la radioficción, que permite tomar puntos de vista excéntricos, sutiles y verdaderamente originales, difíciles de adoptar desde los formatos convencionales y con un gran potencial para sorprender al oyente. Para que se me entienda, una pieza de radioficción en cualquiera de nuestros programas podría jugar el mismo papel que una viñeta de Forges en El País.
Por otra parte, la radioficción es una vía perfecta para canalizar las inquietudes artísticas o creativas de cualquier persona: si te gusta escribir te sirve para probarte como guionista, si te gusta actuar qué mejor teatro que el de las ondas, si disfrutas haciendo virguerías con el editor de audio, lo mismo… En definitiva, hacer radioficción es, amén de laborioso, escandalosamente divertido. Y además no lo hace casi nadie en estos tiempos, es un territorio en el que queda mucho por explorar. Uno de mis sueños sería que un futuro la radioficción llegase a ser (entre otras) una de las señas de identidad de CUAC FM, y en buena medida esa es la razón de ser de la convocatoria de este “Premio Salchichón”.
ED: Explícanos un poco las virtudes y defectos de tu programa.
ES: En cuanto a los defectos, y poniéndome en el pellejo del oyente, supongo que no todos los días tienes el cuerpo como para meterte entre pecho y espalda un sermón que se casca un fulano por las buenas tratando de lo divino y lo humano sin demasiado rigor, como si fuera un iluminado, con un discurso en ocasiones denso, algo barroco y cargado de subjetividad…
Pero, por otra parte (entrando en las virtudes), creo que si el oyente es capaz de convivir con todo lo anterior, a cambio de su complicidad recibe puntos de vista imaginativos sobre los temas más variados, relaciones insólitas de acontecimientos históricos y algunos coletazos de un extraño sentido humor, todo ello dentro de una atmósfera agradable en la que tiene mucho que ver la Preservation Hall Jazz Band de New Orleans.
ED: ¿Qué programas de Cuac FM sigues con asiduidad?
ES: Según voy conociendo más cuáquer@s, me voy interesando por lo que hacen, y también me hago semanas temáticas en las que fisgoneo en los podcasts de programas que no conozco, pero mi intención es tener pronto controlados al 100% porque considero que en una emisora comunitaria es importante que todos sepamos qué es lo que están haciendo nuestros compañeros. Por mojarme un poco, que es lo pretendes cuando nos planteas esta puñetera pregunta XD te diré que no suelo perderme algunos programas como La Gran Armada, El Desinformativo, YSDQ, Alegría, Sopas con Onda, Malo Será, Periscópicos o El Kamikaze. Ah, y en ocasiones se me cuela la señal de un tal Detective.
ED: Danos razones claras y concisas, y sin embargo extensas, por las que El Salchichón debe ser escuchado cada jueves de 19:00 a 20:00.
ES: Más concisas que extensas:
Porque no se parece a ningún otro programa.
Porque se respeta la inteligencia del oyente.
Porque sigue una línea argumentativa imprevisible.
Y aprovecho para desear un feliz 2010 a toda la comunidad cuáquera. A buen seguro será un año de grandes retos para nuestra palmípeda emisora.